En términos sencillos, una franquicia es la réplica de un modelo de negocios funcional ubicada en otros territorio y con otro propietario, haciendo uso de la marca, conocimientos y procesos que el negocio original utiliza, de tal forma que tenga una identidad definida con la calidad y el servicio que proporciona. Para poder poner en marcha una franquicia se requiere de un capital inicial, una inversión que incluye los conceptos de construcción, remodelación, instalaciones, mobiliario, equipamientos, inventario inicial y capacitación de personal. Para ello existen varios esquemas que se tomarán en cuenta de acuerdo a cada proyecto.
Por supuesto que al adquirir un modelo de negocio ya probado y exitoso, se tienen que pagar regalías por el uso de marca, la asistencia y el soporte técnico, número que se expresan normalmente en términos de un porcentaje sobre las ventas, mediante un monto fijo o en algunos casos, una combinación de ambas