No nacemos con buena o mala memoria, pero hay estrategias para entrenarla y para mejorarla. Además, cuando estamos estresados o preocupados tendemos a estar olvidadizos y nuestra memoria se ve afectada. Lo que se debe hacer es poner en juego una serie de estrategias, comenzando con prestar atención a los que hacemos; si estas en automático, de seguro no sabremos dónde pusimos las llaves ni dónde tenemos la cabeza. Hay que hacer solo una cosa a la vez, si insistimos en hacer varias cosas al mismo tiempo, no haremos bien ninguna.
Si los problemas lo atosigan es difícil que registre bien la información y entrene la atención con ejercicios, haga listas, lea el periódico tratando de fijar los nombres propios para recordarlos después, tache todas las letra mayúsculas de un texto, resuelva juegos de sopa de letras donde se buscan palabras, arme rompecabezas, haga palabras cruzadas, haga sudokus, en fin todo tipo de cosas sencillas ayudan a fijar la atención para ponerla a trabajar después.